Un aspecto importante de las esencias florales, del que se ha hablado muy poco, es respecto a la forma de acción. Los seres vivos tienen campos electromagnéticos; dicho campo es un sistema de frecuencias complejo que, entre otras cosas, sostiene el correcto funcionamiento bioquímico así como el equilibrio biológico y psíquico. Según la interacción, más o menos conflictiva con el entorno, estas frecuencias pueden ser alteradas y afectar, dependiendo del sector del campo electromagnético, al equilibrio mental, emocional o físico.
Dado que el campo electromagnético es un conjunto de sectores intercomunicados, toda alteración de sectores de “alta frecuencia” (psiquismo, emoción) no restaurada puede extenderse a sectores de “frecuencia media o baja” (funcional, físico) y viceversa; dicho de otro modo, la conflictividad en la interacción con el entorno desencadena alteración psicoemocional que de no resolverse, puede tener consecuencias somáticas; igualmente, la incapacidad de asumir las alteraciones físicas puede extender el desequilibrio a nivel psicoemocional. La mayoría de las enfermedades de los seres vivos, exceptuando las accidentales y las congénitas, tienen un origen psicoemocional, especialmente en el hombre debido a su complejo psiquismo y a su frecuente dificultad de adaptación al entorno, a causa del miedo.
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