Se trata del tipo de reflexología más extendido, porque en la planta de los pies se encuentran todos los puntos correspondientes a los órganos y sistemas del cuerpo humano. Desde la Antigüedad es conocida la relación entre la organización anatómica y fisiológica interna y algunas conexiones nerviosas situadas en la piel. Cuando se produce dolor, agotamiento, o daño en algún órgano, es precisamente esta relación la que realiza de modo reflejo ese dolor en las terminaciones nerviosas de la piel. Cara, orejas, manos y pies son especialmente sensibles a la amplificación del fenómeno que experimenta el órgano relacionado, por eso se han desarrollado técnicas reflexológicas sobre estas partes de la dermis.
La Reflexología aprovecha el conocimiento de estas conexiones entre piel y órganos, actuando de modo reflejo sobre el órgano o sistema afectado.
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